Una receta familiar que atesoro en mi cuaderno de cocina. Hoy la comparto con ustedes.
Ingredientes (para un frasco enorme):
2 kilos de berenjenas
2 litros de vinagre de alcohol
Ajo picado, ají molido, orégano, laurel, pimienta en grano
Aceite neutro (maíz o girasol)
Sal gruesa
Comenzamos pelando las berenjenas, cortándolas en rodajas y dejándolas reposar en un colador durante unas 2 horas apenas cubiertas con sal gruesa.
No estoy segura de que este paso sea necesario, de hecho nunca lo hago, pero en honor a la dueña de la receta la cumplimos al pie de la letra. Se supone que es para quitar el amargor.
Al cabo de 2 horas enjuagamos bien las berenjenas y las colocamos en una olla grande. Agregamos laurel, cubrimos con el vinagre y llevamos al fuego. No se preocupen si parece que el vinagre no cubre bien todo, con el calor las berenjenas se reducen enseguida.
Debemos cocinar hasta que estén apenas tiernas, pero no desarmadas. A mí se me pasó un poco el punto, aunque me gusta después poder "untarlas" en el pan.
Colamos bien, colocando un peso para quitar el exceso de vinagre y dejamos enfriar. Una vez frías colocamos en un frasco, intercalando una capa de berenjenas y una capa de condimentos hasta completarlo.
Yo dejé dentro del frasco también el laurel de la cocción. Una vez completo el frasco cubrimos con aceite, dejando que drene bien y cubra el total de la preparación.
Algunas personas dicen que es conveniente esperar al menos 10 días para comerlas. Yo las guardé en la heladera porque las comeremos a la brevedad. Si la intención es guardarlas como conserva hay que tomar precauciones como esterilizar muy bien el frasco, cubrir perfectamente con aceite y cerrar herméticamente la tapa, dejando el frasco guardado en un lugar fresco y oscuro.
¡A disfrutar de unas ricas berenjenas en escabeche!
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